Los trastornos hormonales, como la menopausia y el hipotiroidismo, pueden aumentar el riesgo de roncar. Durante la menopausia, la disminución de los niveles de estrógeno puede provocar la relajación de los músculos de la garganta, lo que aumenta el riesgo de roncar. En el caso del hipotiroidismo, la disminución de la producción de hormonas tiroideas puede provocar la inflamación de las vías respiratorias y aumentar el riesgo de ronquidos.

Además, los trastornos hormonales también pueden afectar la calidad del sueño en general. Por ejemplo, la falta de sueño que puede resultar de la menopausia o el hipotiroidismo puede empeorar los ronquidos y aumentar el riesgo de somnolencia diurna.

Una de las medidas más efectivas para prevenir los ronquidos causados por trastornos hormonales es tratar la causa subyacente del trastorno. Esto puede incluir terapia hormonal para la menopausia o medicamentos para el hipotiroidismo. También se pueden usar dispositivos para abrir las vías respiratorias, como tiras nasales o dispositivos de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP).

Otras medidas que pueden ayudar a reducir los ronquidos causados por trastornos hormonales incluyen dormir de lado en lugar de boca arriba, evitar el consumo de alcohol y sedantes antes de acostarse, y mantener un ambiente limpio y libre de alérgenos en el dormitorio.

Si los ronquidos persisten a pesar de los cambios en el estilo de vida y las medidas preventivas, es recomendable buscar la ayuda de un médico o un especialista en trastornos del sueño.