Los terrores nocturnos son más comunes en los niños de edades entre 5 y 7 años, aunque pueden ocurrir también en niñas
Los terrores nocturnos o trastorno de terror durante el sueño son trastornos del sueño en los cuales una persona se despierta rápidamente de su sueño en un estado aterrorizado. Son episodios de gritos, miedo intenso y agitación del cuerpo mientas todavía duermes. También conocidos como «miedos del sueño», a menudo los terrores nocturnos ocurren en combinación con el sonambulismo.
Como sucede con el sonambulismo, los terrores nocturnos se consideran una «parasomnia», es decir, una experiencia no deseada durante el sueño. Un episodio de terror nocturno puede durar desde varios segundos hasta unos pocos minutos, pero también puede extenderse durante más tiempo.
Los terrores nocturnos afectan a casi el 40 por ciento de los niños y a un porcentaje significativamente menor de adultos. A pesar de que son escalofriantes, los terrores nocturnos no suelen ser una causa de preocupación. La mayoría de los niños superan los terrores nocturnos antes de la adolescencia.
Los terrores nocturnos pueden requerir tratamiento si causan problemas para dormir lo suficiente o suponen un riesgo de seguridad.
Los terrores nocturnos son más comunes durante el primer tercio de la noche, con frecuencia entre medianoche y 2 de la mañana.
La mayoría de los niños no son capaces de explicar lo que sucedió a la mañana siguiente. Con frecuencia, no hay ningún recuerdo del evento cuando se despiertan al día siguiente. Los niños con terrores nocturnos también pueden caminar dormidos.
En contraste, las pesadillas son más comunes en las primeras horas de la mañana. Pueden ocurrir después de que alguien ve películas o programas de televisión de terror o tiene una experiencia emocional. Una persona puede recordar los detalles de un sueño al despertar y no estará desorientado después del episodio.