Los pacientes con apneas del sueño tienen 3 veces más probabilidad de tener hipertensión arterial que un paciente sano.
Debido a las dificultades que conlleva a nivel global en la vida de las personas, este problema constituye un alto riesgo de tener una autoestima negativa, debido al efecto de sus reiteradas experiencias de fracaso y a la frecuente reacción negativa del ambiente frente a sus dificultades.
Los riesgos de que el niño forme una autoestima negativa no sólo implican un sufrimiento en la infancia, sino que pueden sostener una dinámica sumamente perjudicial en su adolescencia y vida adulta. Algunos de estos efectos son:
Si bien las causas fisiológicas constituyen un factor significativo, los factores ambientales influyen en la forma en que se manifiesta el cuadro y las secuelas a lo largo de la vida. Así, si un niño vive en un ambiente estable y con normas claras, en el que se siente protegido, querido y seguro probablemente se transformará en un adulto productivo y trabajador, teniendo sólo como secuelas algunas dificultades de atención.
Si por el contrario, su entorno familiar y escolar no le proporciona estabilidad, contención, límites, etc., es probable que se convierta en un adulto con problemas serios de rebeldía con la autoridad y de atenerse a la normas. Si ha sido maltratado por su entorno a causa de su sintomatología, las consecuencias son mucho más severas, produciéndose trastornos del vínculo y problemas con su imagen personal.
Tradicionalmente, tanto en niños, adolescentes y adultos, se sugiere que el tratamiento sea multimodal y combinado. Que no sea sólo enfocado en atacar directamente los síntomas, sino que se abarquen intervenciones en el área laboral/escolar, familiar e individual de la persona.
Éste se refiere a la unión de la psicoterapia con el apoyo farmacológico, donde su aplicación simultánea potencia los efectos de cada uno por separado y, por ende, es más efectivo.
La hipertensión arterial es una enfermedad no transmisible bastante frecuente, la cual afecta a un tercio de la población adulta. Se define como un aumento sostenido de la fuerza de presión que ejerce la sangre sobre las arterias. Es una enfermedad que puede desencadenar complicaciones severas como infarto de corazón, accidente cerebrovascular, daño renal y ocular, entre otras complicaciones, las cuales se puede evitar si se controla adecuadamente. Se le atribuye a casi la mitad de todas las muertes por enfermedades cardiovasculares.
La apnea obstructiva del sueño es un factor importante de riesgo para la hipertensión. El tratamiento de la apnea del sueño con CPAP, en aquellos pacientes que presentan además hipertensión arterial, contribuye a reducir significativamente el riesgo cardiovascular. Se suele además recomendar, si es necesario, una alimentación saludable para perder peso, no abusar del consumo de sal y alcohol y resaltar la importancia de realizar actividad física con regularidad.
La única manera de detectar la hipertensión es a través de metodologías para medir la presión arterial sistólica (PAS) o máxima y la presión arterial diastólica (PAD) o mínima. Se considera presión arterial alta ( hipertensión) cuando dicha medición máxima es mayor o igual a 140 y la mínima es de 90.
Las mediciones de presión arterial entran en cuatro categorías generales:
Es el número de latidos del corazón por la unidad del tiempo. El ritmo cardíaco se expresa generalmente como batidos por minuto (BPM).
Es la cantidad de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre. Cuando respiramos, nuestros pulmones inhalan oxígeno y exhalan dióxido de carbono. El desequilibrio entre los niveles de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre puede ser un signo de que los pulmones no están funcionando bien.
Regulación del flujo de aire que pasa a través de las fosas nasales tanto en inspiración como en espiración.
La posición en la que dormimos puede determinar la calidad de nuestro sueño.
Estudios han indicado que dormir de lado derecho parece agravar la acidez estomacal. Por otro lado dormir en el lado izquierdo puede mejorar la circulación.
Médico Cirujano de la U. de Los Andes. Especialista en Medicina Interna de la U. de Valparaiso.
Medico Cirujano, Universidad Andrés Bello. Especialidad Medicina Interna, Universidad de Chile.
Medico Cirujano de la Universidad de la República, Montevideo, Uruguay. Magister en Nutrición de la Universidad Católica de Chile.
Médico Cirujano de la Universidad de Chile. Diplomados: Terapia ventilatoria, medicina intensiva, prescripción del ejercicio.