La polisomnografía es una prueba médica que se utiliza para diagnosticar trastornos del sueño, como la apnea del sueño. Esta prueba es realizada en un laboratorio del sueño y consta de una serie de monitores que registran la actividad cerebral, respiratoria, cardíaca y muscular durante el sueño. Entre los equipos utilizados en una polisomnografía, se encuentran los siguientes:
Electrodos: se colocan en el cuero cabelludo, la frente y detrás de las orejas para medir la actividad eléctrica del cerebro.
Electromiograma (EMG): se utiliza para medir la actividad muscular en las piernas y los brazos.
Electrodos de electrooculograma (EOG): se colocan en la piel alrededor de los ojos para medir el movimiento de los ojos
Cinturones torácicos y abdominales: se utilizan para medir la expansión y contracción del pecho y el abdomen durante la respiración.
¿Sospecha tener algún trastorno del sueño?
Oxímetro de pulso: se coloca en el dedo para medir la cantidad de oxígeno en la sangre.
Micrófono: se utiliza para grabar los ronquidos y otros sonidos durante el sueño.
Cámara de video: se utiliza para monitorear al paciente durante el estudio y registrar cualquier movimiento o cambio en la posición.
La información recopilada por estos equipos es analizada por un especialista en trastornos del sueño para determinar si hay algún problema en el sueño del paciente. Según un estudio publicado en el Journal of Clinical Sleep Medicine, la polisomnografía es la herramienta de diagnóstico más precisa para la apnea del sueño, con una tasa de acierto del 90%.
Si tu médico te ha recomendado una polisomnografía, no dudes en seguir sus instrucciones y prepararte adecuadamente para la prueba. Con la ayuda de los equipos especializados utilizados en la polisomnografía, podrás obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento efectivo para mejorar tu calidad de vida