Por Francisca Bustos, nutrióloga de Clínica Somno.
Este 14 de noviembre se conmemora en Día Mundial de la Diabetes, contexto que nos invita a entender sus causas y aprender cómo prevenirla. Por ello es importante orientar a la población respecto de los dos tipos de diabetes más recurrentes, como son la tipo 1, que es de origen genético, y la tipo 2, que suele aparecer en la adultez producto de diversos factores como la obesidad, el sedentarismo e incluso los trastornos de sueño.
La diabetes es una enfermedad crónica donde el cuerpo no puede regular la cantidad de glucosa (azúcar) en la sangre, y cabe destacar que la tipo 2 constituye el 95% de los diagnósticos de esta enfermedad, por ello es tan importante concientizar a la población respecto de las medidas que se pueden tomar para no adquirirla.
Según datos del Ministero de Salud, más de un millón y medio de adultos tiene diabetes, mientras que de acuerdo a cifras de Novo Nordisk, hacia el año 2035 se estima que el número de chilenos con diabetes aumentará a 1.840.700, equivalente al 12,67% de la población adulta.
Esta dolencia está directamente relacionada a los trastornos de sueño por varios motivos. El primero, es que cuando las personas duermen poco o mal, se genera una situación de estrés para el organismo. Esto produce un aumento de mediadores y sustancias proinflamatorias lo que genera un desequilibrio hormonal y puede desencadenar el fenómeno de resistencia a la insulina y, por ende, hace a las personas proclives a padecer síndrome metabólico y diabetes mellitus 2.
El segundo es que la evidencia científica muestra que una mala calidad del sueño, induce a conductas alimentarias que llevan a un mayor consumo energético y a preferir alimentos ricos en grasas e hidratos de carbono. Esto ocurre porque al dormir mal, el cuerpo disminuye la secreción de leptina, la llamada hormona de la saciedad, lo cual favorece el aumento de peso.
En tercer lugar, las personas diabéticas que se enfrentan a diversos trastornos de sueño, corren el riesgo de ver empeorado su diagnóstico.
Ante ello, algunas recomendaciones son, dentro lo posible, aprovechar los tiempos libres para practicar algún deporte o caminatas, ingerir frutas y verduras, procurar mantener una dieta saludable y equilibrada, evitar la ingesta de comidas pesadas en la noche para no interferir el proceso de sueño con el de digestión e hidratarse diariamente para generar saciedad y eliminar toxinas.
La diabetes es una enfermedad de la que todos podemos cuidarnos en la medida de lo posible, más aún cuando nuestra movilidad se ha visto reducida producto de los confinamientos para evitar el contagio de covid-19.
Artículo elaborado para prensa el 11/11/2020