El insomnio por separación es un problema común que afecta a muchos niños en sus primeros años de vida. Se caracteriza por la ansiedad y el miedo que sienten los pequeños al separarse de sus padres o cuidadores, lo que dificulta que concilien el sueño y duerman de manera continua. Esta condición puede ser estresante tanto para los niños como para sus padres, y es en estos momentos cuando los neurólogos infantiles desempeñan un papel esencial en la evaluación y el tratamiento de este trastorno del sueño.
Este trastorno puede manifestarse de diferentes maneras en los niños, desde el temor extremo a quedarse solos en la cama hasta la necesidad constante de la presencia de los padres para poder dormir. Los pequeños que lo experimentan a menudo pueden despertarse varias veces durante la noche y tener dificultades para volver a dormirse sin la compañía de sus padres.
Los neurólogos infantiles, con su experiencia en trastornos del sueño y neurología pediátrica, están capacitados para evaluar y abordar este problema. La evaluación comienza con una revisión exhaustiva del historial médico y los patrones de sueño, así como una discusión detallada con los padres para comprender la gravedad del insomnio por separación.
Una vez que se ha identificado como un problema, estos médicos trabajan en estrecha colaboración con los padres para desarrollar un plan de tratamiento individualizado. Este puede incluir una serie de estrategias específicas para ayudar al menor a superar sus miedos y ansiedades.
Una técnica comúnmente utilizada es la terapia cognitivo-conductual (TCC). La TCC se enfoca en ayudar al niño a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos y a desarrollar estrategias para lidiar con la ansiedad por separación. A través de la terapia, el niño puede aprender a sentirse más seguro y cómodo al quedarse solo en la cama.
¿Sospecha tener algún trastorno del sueño?
Los neurólogos infantiles también pueden recomendar cambios en la rutina y el ambiente de sueño del pequeño. Esto puede incluir la implementación de rituales de sueño relajantes, la creación de un ambiente propicio para el sueño y la limitación de la exposición a estímulos antes de acostarse.
En algunos casos, los medicamentos pueden ser una opción, pero generalmente se consideran como último recurso y solo bajo la supervisión de un profesional de la salud. Los medicamentos pueden ayudar a calmar la ansiedad y promover el sueño, pero deben utilizarse con precaución y solo después de agotar otras estrategias.
La colaboración con otros profesionales de la salud, como psicólogos infantiles o terapeutas, puede ser beneficiosa para abordar los aspectos emocionales del insomnio por separación y ayudar al niño a desarrollar habilidades para manejar la ansiedad.