La polisomnografía es una prueba diagnóstica utilizada para detectar trastornos del sueño y obtener información sobre la calidad del sueño. Esta prueba se realiza en un laboratorio del sueño y registra diversas funciones corporales mientras el paciente duerme, como la actividad cerebral, la respiración, la frecuencia cardíaca y los movimientos musculares.
Una vez realizada la polisomnografía, los resultados son analizados por un especialista en medicina del sueño. Estos se dividen en varios parámetros que se utilizan para determinar el grado de trastorno del sueño y la necesidad de tratamiento
Uno de los principales parámetros que se analiza es la apnea del sueño. Este trastorno se produce cuando la respiración del paciente se detiene y comienza repetidamente durante la noche, lo que provoca una interrupción del sueño. Los resultados de la polisomnografía indican el número de apneas que se producen por hora, lo que se conoce como el índice de apnea-hipopnea (IAH). Un IAH elevado indica la presencia de apnea del sueño y la necesidad de tratamiento.
Otro parámetro que se analiza es el nivel de oxígeno en la sangre durante el sueño. Se registran los niveles de oxígeno en la sangre y determina si el paciente sufre de hipoxemia durante la noche. La hipoxemia se produce cuando los niveles de oxígeno en la sangre son demasiado bajos, lo que puede provocar daños en los órganos y otros problemas de salud. Los resultados de la polisomnografía indican el porcentaje de tiempo que el paciente pasa con niveles bajos de oxígeno en la sangre.
Además, la polisomnografía también puede revelar otros trastornos del sueño, como el síndrome de piernas inquietas, la narcolepsia o el trastorno del sueño REM. Los resultados de la prueba pueden ayudar a los especialistas en medicina del sueño a determinar el mejor tratamiento para cada paciente.
¿Sospecha tener algún trastorno del sueño?
Con toda esta información, los especialistas en medicina del sueño pueden determinar el mejor tratamiento para cada paciente y mejorar su calidad de vida.
Según estudios, se estima que aproximadamente el 25% de la población adulta sufre algún tipo de trastorno del sueño, y de ese porcentaje, solo el 10% está diagnosticado y recibe tratamiento adecuado. Realizarse una polisomnografía puede ser el primer paso para obtener un diagnóstico preciso y recibir el tratamiento adecuado para mejorar la calidad del sueño y prevenir problemas de salud a largo plazo.