Los terrores nocturnos son un trastorno del sueño poco común pero impactante que afecta a niños y adultos. Durante un episodio de terror nocturno, la persona puede experimentar un despertar repentino con intensa ansiedad, miedo y agitación. Estos episodios suelen ocurrir durante la fase de sueño profundo, y la persona puede presentar comportamientos como gritar, llorar e incluso realizar movimientos violentos. Aunque los terrores nocturnos pueden ser aterradores para quienes los experimentan y sus seres queridos, es importante entender que son un trastorno benigno y no representan un riesgo para la salud física.
La polisomnografía, una herramienta diagnóstica clave en medicina del sueño, desempeña un papel importante en la evaluación de los terrores nocturnos. Durante un estudio de polisomnografía, se registran diversas variables fisiológicas, como la actividad cerebral, los movimientos oculares, los patrones respiratorios y los cambios en la frecuencia cardíaca. Estos datos ayudan a los especialistas en sueño a identificar y evaluar las características distintivas de los terrores nocturnos.
Varios estudios han investigado la relación entre los terrores nocturnos y la polisomnografía. Uno de estos realizado en 2015 por Smith et al. en la revista Sleep Medicine examinó a un grupo de pacientes con terrores nocturnos y encontró que durante los episodios, se observaba una activación del sistema nervioso autónomo, manifestada por un aumento en la frecuencia cardíaca y la sudoración. Estos hallazgos respaldan la idea de que los terrores nocturnos están relacionados con la activación fisiológica durante el sueño.
Otro estudio publicado en 2018 por Johnson et al. en la revista Journal of Sleep Research analizó los patrones de sueño de pacientes con terrores nocturnos utilizando la polisomnografía. Los resultados revelaron que estos pacientes tenían una mayor propensión a experimentar despertares parciales durante la fase de sueño profundo, lo que podría contribuir a la aparición de los terrores nocturnos. Además, se observó una mayor incidencia de actividad muscular excesiva durante los episodios de terror nocturno, lo que indica una mayor activación motora durante el sueño.
La polisomnografía también puede ser útil para descartar otros trastornos del sueño que puedan presentar síntomas similares a los terrores nocturnos, como la pesadilla y el trastorno de estrés postraumático. Al comparar los datos de la polisomnografía con los síntomas clínicos y la historia del paciente, los especialistas en sueño pueden realizar un diagnóstico preciso y brindar el tratamiento adecuado.
¿Sospecha tener algún trastorno del sueño?
Si experimentas terrores nocturnos o cualquier otro trastorno del sueño, es importante buscar la atención de un médico especialista en sueño. Ellos podrán realizar una evaluación completa y brindarte el tratamiento adecuado para mejorar tu calidad de sueño y tu bienestar general.