Que los pequeños puedan quedarse fácilmente dormidos es una odisea diaria para muchos papás y mamás, que se ven enfrentados a largas noches de intermitente somnolencia…
Por mucho que esta hormona se venda sin receta, al ser un fármaco es fundamental que su uso lo administre un médico (neurólogo infantil), el que previamente haya descartado que el problema para conciliar el sueño no se deba a ningún factor ambiental. El 80% de los problemas para dormir de los niños se debe a factores ambientales totalmente modificables. Es decir, al corregirlos, se acaba.
En recién nacidos y lactantes de hasta 18 meses, es fundamental la implementación de buenos hábitos de sueño y alimentación. Ser ordenado con los horarios y no mal acostumbrar a dormir en lugares que no sea la cama del niño, termina siendo determinante. En tanto, en niños más grandes, juega un rol fundamental en el insomnio el uso excesivo de pantallas, ya sean celulares, tablets, computadores, consolas, etc. La producción de melatonina se bloquea frente a la luz, es por esto que las pantallas alteran su producción natural. Considerando todos estos factores, la solución al insomnio en niños, está lejos de administrar hormonas o medicamentos.
Debido a las dificultades que conlleva a nivel global en la vida de las personas, este problema constituye un alto riesgo de tener una autoestima negativa, debido al efecto de sus reiteradas experiencias de fracaso y a la frecuente reacción negativa del ambiente frente a sus dificultades.
Los riesgos de que el niño forme una autoestima negativa no sólo implican un sufrimiento en la infancia, sino que pueden sostener una dinámica sumamente perjudicial en su adolescencia y vida adulta. Algunos de estos efectos son:
Si bien las causas fisiológicas constituyen un factor significativo, los factores ambientales influyen en la forma en que se manifiesta el cuadro y las secuelas a lo largo de la vida. Así, si un niño vive en un ambiente estable y con normas claras, en el que se siente protegido, querido y seguro probablemente se transformará en un adulto productivo y trabajador, teniendo sólo como secuelas algunas dificultades de atención.
Si por el contrario, su entorno familiar y escolar no le proporciona estabilidad, contención, límites, etc., es probable que se convierta en un adulto con problemas serios de rebeldía con la autoridad y de atenerse a la normas. Si ha sido maltratado por su entorno a causa de su sintomatología, las consecuencias son mucho más severas, produciéndose trastornos del vínculo y problemas con su imagen personal.
Médico Cirujano de la Universidad de Chile. Especialidad en Neurología Pediatría de la Universidad Católica de Chile.
Médico Cirujano y Neuróloga infantil de la Universidad de Valparaíso Subespecialista en Neurofisiología, Epilepsia y Medicina del Sueño de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Pasantías en el extranjero en Epilepsia (Harvard University) y Sueño (Stanford University). Actualmente ejerce en Hospital Dr. Sótero del Río.
Médico Cirujano de la Universidad de Concepción. Especialización en Neurología Infantil, con estudios post-grados de Electroencefalografia en la Universidad de Chile.
Médico Cirujano de la Universidad Mayor y Neuróloga infantil Universidad Santiago de Chile.