¿Cuánto debería durar?
¿Cuál es la mejor hora del día para tomarla?
¿Tiene realmente beneficios para nuestro organismo?
¿Existe una fórmula perfecta?
Hablamos con dos especialistas del sueño para aclarar los mitos más comunes acerca de dormir la siesta.
¿Sospecha tener algún trastorno del sueño?
La NASA postuló hace unas semanas, de acuerdo a un estudio publicado en la revista Time, que la siesta perfecta dura exactamente 26 minutos. “Mejora el rendimiento en un 34% y el estado de alerta en un 54%”, aseguran, basándose en los resultados que observaron en un grupo de controladores aéreos que obtuvieron un permiso para dormir una siesta durante su turno de trabajo.
“La siesta tiene que cumplir con ciertas características”, explica Andrea Contreras, neuróloga del centro del sueño de Clínica Las Condes. “Debe ser corta -lo de los 26 minutos sé que lo hicieron basándose en la respuesta de los mismos operadores de la NASA, pero creo que en medicina no existe una conclusión tan tajante-, entre 20 a 30 minutos, no más que eso porque de lo contrario se entra en una fase más profunda y se cae en la inercia del sueño, e idealmente no después de las 3 o 4 de la tarde para no interferir en el sueño nocturno”, recomienda la especialista.
La inercia del sueño es esta sensación de cansancio y somnolencia que algunos sufren luego de tomar una siesta. “A los 90 minutos uno entra en un sueño profundo que tiene que ver con la reparación intelectual, es decir, la memoria y concentración. Entonces al hacer una siesta de una hora y media o dos horas la persona se sentirá más cansada al no cumplir con todos los ciclos del sueño.
Fue algo fuera de horario y en forma inadecuada que se cortó antes de tiempo”, resume la experta. ¿Todos los días? No es estrictamente necesario si se tiene un patrón de sueño normal y con un número de horas suficientes. Pero los especialistas afirman que sí brinda beneficios. “Las personas que tienen esta pausada forma de funcionar, como en provincias, el nivel de necesidad de tratamiento de salud mental es muy bajo comparado con el de las ciudades de alto estrés”, cuenta el neurólogo de Clínica Somno Pedro Moya.
La doctora Andrea Contreras complementa: “La siesta relaja porque descargas la actividad matinal. Desde el punto de vista objetivo, no mejora la memoria y la concentración pero sí refresca, por lo que mejora tu nivel de alerta, y al estar más alerta te concentras más”.
La fórmula ideal “Una siesta corta de menos de 45 minutos y hasta antes de las 15.30 es lo que se recomienda para quienes quieren dormir en el día”, dice el doctor Pedro Moya. Quienes sufren de insomnio u otro problema de sueño NO pueden dormir siesta porque interferirá en su sueño nocturno. ¿Sueño después de almuerzo? Después del mediodía y de comer, en forma normal, disminuye la actividad física y el cerebro también se pone más ‘lento’. Un reposo corto podría ser un hábito saludable para incorporar.
