El sueño se divide en diferentes etapas, y una de las etapas más importantes es el sueño de ondas lentas o NREM (Non-Rapid Eye Movement, por sus siglas en inglés). En este artículo, exploraremos qué es, quién lo descubrió, su importancia en el descanso y su relación con la polisomnografía.
El concepto de sueño NREM fue introducido por primera vez por Nathaniel Kleitman, un reconocido científico del sueño, en la década de 1950. Kleitman y su equipo realizaron estudios exhaustivos sobre las diferentes etapas del sueño y sus características distintivas. Fue a través de estos estudios que se identificó y se acuñó el término “sueño NREM” para describir una etapa específica del ciclo de sueño.
La importancia del sueño NREM radica en su función reparadora y restauradora para el cuerpo. Durante esta etapa, se producen procesos de regeneración y reparación celular, y se fortalecen los sistemas inmunológico y cardiovascular. Además, el sueño NREM desempeña un papel crucial en la consolidación de la memoria y en la restauración de la energía física.
La relación entre el sueño NREM y la polisomnografía se basa en la capacidad de esta técnica para identificar y medir los diferentes estados del sueño. La polisomnografía utiliza diversos sensores y electrodos para registrar la actividad cerebral, los movimientos oculares, la actividad muscular y la respiración durante el sueño. Esto permite identificar y diferenciar claramente las fases de sueño NREM y REM (Rapid Eye Movement) en el registro.
En la polisomnografía, el sueño NREM se caracteriza por patrones de ondas cerebrales lentas y sincronizadas, conocidas como ondas delta. Estas ondas reflejan la actividad cerebral profunda y la relajación del sistema nervioso. Los datos obtenidos a través de la polisomnografía proporcionan información valiosa sobre la duración, la calidad y los cambios en el sueño NREM a lo largo de la noche.
¿Sospecha tener algún trastorno del sueño?
La polisomnografía también permite detectar posibles trastornos del sueño relacionados con el sueño NREM, como el insomnio o los trastornos del ritmo circadiano. Los patrones de sueño NREM anormales o interrupciones frecuentes en esta etapa pueden indicar problemas de salud subyacentes que requieren atención médica y tratamiento.